LAS DOS FRIDAS

PEDRO MARINELLO / FOTÓGRAFO

Pedro Marinello, es un destacado fotógrafo, que nos comenta una de sus retratos que ha trascendido las fronteras. Es una de las dos fotografías, a lo largo de su trayectoria, que lo han llevado a una contemplación de más de una hora: “Las dos Fridas”. Conoció a Pedro Lemebel y Francisco Casas en las noches bohemias del Santiago underground de los 80. Y a medida que transcurrió el tiempo logró afianzar la confianza de los performistas de “Las Yeguas del Apocalipsis”. Ellos querían replicar la obra de Frida Kahlo en un retrato. A pura creatividad fueron armando la escena. “Yo tenía un modesto taller de fotografía en Antonio López de Bello 040, departamento B. Era de un ambiente, 3 x 4 metros, en el que instalé un sinfín que tenía como fondo un cielo para sacar fotos”. “Transformamos ese espacio en un escenario de fondo negro (cholguán pintado), tenía un par de halógenos de 1000w y para la ocasión me conseguí dos sillas de mimbre”. Por su parte, Lemebel y Casas tenía un gran conocimiento de maquillaje, lo que facilitó la producción. A lo anterior se sumó la formación docente de artes plásticas de Lemebel, quien dibujó el corazón en el pecho de Francisco y en su caso lo dibujó en un papel que después le pegamos con doble contacto. Lo último fue sobreponer unas mangueras. En el caso del camafeo que sostiene Lemebel, se trató de un frasco de polvo compacto de papel Pamela Grant”. “En ese tiempo contaba con pocos recursos y los rollos de 120 mm, 6×6, eran carísimos, por lo que las tomas no podían ser muchas”. “Una vez listos, por efecto del calor que producía la luz, Francisco sudaba intensamente, lo que afectaba al maquillaje, por lo que tuve que hacer las tomas en un tiempo no superior a los 10 minutos con mi cámara Mamiya C330. En resumen fueron 5 tomas. La magia del asunto es que ellos permanecieran inmóviles (el performance no se ensaya se hace). El resultado fue óptimo, de hecho me cuesta diferenciar cuál es la toma que hoy está en el MoMA (New York), Reina Sofía (Madrid), MALBA (Buenos Aires), Bellas Artes (Santiago). “En una ocasión, un par de años posterior al retrato, Pedro Lemebel me comentó que vio la foto en la calle, en el comercio pirata, y sintió que ya ese hecho los dejaban en el estatus de famosos”.

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